Cualquier ejercicio de evaluación es una oportunidad para demostrar los efectos que son atribuibles a una intervención o, que hubiera sucedido con las personas beneficiarias y el entorno en el cual se desarrolló si no hubiera existido.

De este modo, cualquiera que sea el objeto a medir o evaluar, es un ejercicio positivo que propiciará en todo caso alcanzar los objetivos establecidos a través de una toma de decisiones informada y ayudará también a identificar las razones u aquellos obstáculos que no permitieron alcanzar las metas inicialmente planteadas. Permite entonces a actores realizar cualquier ajuste o replanteamiento, considerando las necesidades y los cambios en el entorno.

Evaluar es importante para que se pueda:

Mejorar la eficacia:

¿Cómo saber si estamos logrando lo que se propuso hacer? ¿Cómo determinar si se ha aprendido algo o si se ha producido algún cambio? La evaluación es la mejor forma de saberlo.

Responsabilizarse

las instituciones y donantes, requieren un sistema de rendición de cuentas que demuestre cómo se emplean los fondos, los resultados de los programas y cualquier otro valor añadido. La evaluación demuestra el profesionalismo y confiere credibilidad.

Intercambiar experiencias

otras instituciones con mismos intereses pueden aprender de los éxitos y errores al consultar las evaluaciones. De esta forma, se puede contribuir al conocimiento existente acerca de las prácticas que funcionan o no con ciertos segmentos de la población.

Mantener la motivación

es un gran motivo de orgullo personal y colectivo cuando se da cuenta de que la formación aporta resultados. El proceso de evaluación ayuda también a desarrollar un sentimiento de unión con respecto a la labor que se realiza en la institución.

En COOPERA4DEVELOPMENT diseñamos respuestas reales y sostenibles que se sustentan en la innovación, la experiencia, el conocimiento y el profesionalismo, con métodos y herramientas de excelencia.