Una desprotección brutal frente a la vejez (saludable), el cuidado de los hijos, y los riesgos y accidentes laborales.

El 49,6% de la población mundial está conformada por mujeres[1] y todavía en muchas partes del mundo en materia de derechos son vistas con desventaja con respecto a los varones.

La igualdad de género se refiere a la igualdad de derechos, responsabilidades y oportunidades para las mujeres y los hombres. Es una cuestión de derechos humanos, así como un requisito y un indicador del desarrollo socioeconómico centrado en las personas.

Y es que, si bien es cierto que a lo largo de los últimos años ha habido un gran avance en términos de igualdad de género, aún nos queda mucho camino por delante para llegar a nuestro objetivo final. La desigualdad entre hombres y mujeres aún persiste en las sociedades, en las familias y en los mercados laborales mundiales. Con un 27% menos de oportunidades de participar en el mercado laboral[2], las mujeres se encuentran frente a una situación que merma su capacidad para obtener ingresos y por lo tanto socava su seguridad económica y su independencia. Luchar contra las desigualdades de género en el mercado laboral, supondría un incremento de la productividad en un 40% por empleado, según el Banco Mundial.

La participación de las mujeres en el mundo laboral deriva a un escaso o nulo acceso a los sistemas de seguridad social, dejando tan solo al 59,3% de las mujeres como beneficiarias de los regímenes de seguridad social. Lo que provoca una desprotección y/o vulnerabilidad de las mujeres ante sus cuidados de salud, su maternidad, su pensión una vez lleguen a la vejez, el cuidado de sus hijos, los riesgos y accidentes laborales que puedan sufrir y poder envejecer saludablemente.

La forma en la cual las mujeres participan en el mercado laboral genera que los niveles de cobertura durante el ciclo de vida sean bajos. Sí, la mujer ha ingresado en el mundo laboral, pero sin dejar de tener el rol principal en las tareas de cuidado y trabajo doméstico. Esto provoca que las mujeres tengan una doble jornada laboral: la de su carrera profesional y la de su vida personal; y hace mucho más difícil que la mujer se logre independizar en todos los sentidos del hombre y poder ganar su mismo estatus dentro la sociedad.

Las desigualdades de género son estructurales y resultado de un sistema patriarcal el cual regula las relaciones de poder según el género. Esto hace que las desigualdades sean transversales y que estén atravesadas por múltiples discriminaciones, por ejemplo, en función de la clase social, el origen o la orientación sexual.

 

Image

Tabla 1. Desigualdades de género en el mundo en cifras

1 de cada 5 mujeres has sufrido violencia física o sexual por parte de su pareja en los últimos 12 meses

49 países no disponen de leyes que protejan a las mujeres de la violencia machista

49 países no disponen de leyes que protejan a las mujeres de la violencia machista

750 millones de niñas se han visto obligadas a casarse siendo menores de edad

200 millones de mujeres y niñas han sufrido mutilación genital femenina

La diferencia salarial entre hombres y mujeres es del 23%

Las mujeres dedican 2’6 veces más de tiempo en tareas del hogar no remuneradas más que los hombres

La mediana de representación de las mujeres en los parlamentos nacionales es del 23’7%

15 millones de niñas nunca tendrán la oportunidad de aprender a escribir o leer

La emergencia climática tiene un gran impacto sobre las mujeres: delante de un desastre natural tienen 14 veces menos de posibilidades de sobrevivir

Delante de un conflicto armado las mujeres tienen más posibilidades de sufrir violencia sexual, ser torturadas y secuestradas, y verse obligadas a desplazarse de sus hogares

Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas[1], la igualdad y el empoderamiento de las mujeres no tan solo es un objetivo más de los ODS, sino que es un elemento esencial de todas las dimensiones del desarrollo inclusivo y sostenible, y del cual depende el cumplimiento de los ODS en general. Las desigualdades de género conforman un componente estructurante de la pobreza y suponen un freno hacia el desarrollo.

Para avanzar hacia el ODS 5, se deben establecer leyes que aseguren los derechos de las mujeres a los recursos económicos y políticas para la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas en todos los niveles. Gran parte del problema de la tenaz persistencia de las enormes desigualdades y discriminaciones contra las mujeres se debe, en parte, a que muchas transformaciones han sido en realidad cambios que continúan signados por la predominancia de lo masculino[2].

Las mujeres y las niñas se enfrentan a desigualdades y repercusiones desproporcionadas con graves consecuencias.

¿Cómo podemos erradicar o mermar estas consecuencias?

Mediante la creación y la reforma de las legislaciones vigentes: ya son muchos los países que han apostado por hacer un paso hacia delante en materia de género, para no dejar a nadie atrás.

Image

Crear políticas públicas feministas, supone que las acciones de igualdad no solo estén dirigidas a las conciencias de las personas, sino que también a la comunidad, a la ley, a las instituciones y a la sociedad. La desigualdad de género es un problema estructural, por lo tanto, se necesita un cambio estructural.

Hacer un cambio estructural implica que el Estado tiene que situar en el epicentro de las agendas públicas la igualdad de género, en el sistema educativo y en la sociedad en general, por ejemplo, a través de los medios de comunicación, y alentar a la iniciativa privada por medio de impulsos atractivos y campañas

Crear políticas laborales que transformen el mundo laboral para que este contribuya a la prosperidad y la independencia económica de las mujeres. Políticas orientadas a conciliar la vida laboral con la familiar, licencias paternales remuneras, ampliación de los servicios de cuidado infantil.

Crear una política especifica para la defensa de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. Un mayor acceso a la planificación familiar puede contribuir a la reducción de la pobreza y a la mejora de la salud. Prevenir embarazos no deseados aumenta la participación de las mujeres en el mercado laboral.

Crear políticas de cuotas de género en la política. Desde su creación en 1995 las cuotas de género se han convertido en la herramienta más eficaz para aumentar la representación de las mujeres en la vida política.

Desde COOPERA4DEVELOPMENT brindamos servicios de asesoría política para orientar y acompañar a las instituciones para potenciar su ejercicio, público o privado, y su impacto en las personas, por medio de estrategias acordes con las necesidades de su territorio y población.

COOPERA4DEVELOPMENT, es una consultora especializada en potencializar el desempeño institucional con amplia experiencia en brindar servicios de orientación y acompañamiento especializado para crear marcos de gobernanza integrales y efectivos.

Somos una consultoría con más de 10 años de experiencia especializada en cooperación internacional para el desarrollo. Tenemos presencia en España y México lo que nos permite trabajar en diversos países de Europa, América Latina y el Caribe.

Destacamos por nuestra capacidad de aportar soluciones reales, innovadoras, específicas y sostenibles aprovechando al máximo los recursos existentes.

Suscribimos formas de colaboración en función de los intereses de nuestros socios y socias, las necesidades de los proyectos y las capacidades existentes.